sábado, 14 de agosto de 2010

¿Serás mi chute de decibelios?

Que hay de esa voz que hace que hasta la mariposa más pequeña, la más dormida, la menos vital, revolotee con la más enorme de las energías?

 Que pasa, con todos los sentidos y sensaciones que se mueven al descolgar el auricular y escuchar de esa misteriosa voz, pronunciar su propio nombre?

Y que hay, además, de todo lo que vuela la imaginación de quien recibe los sonidos?

Y así, solo así, es como te quiero recordar, lo contrario sería romper ese encanto, restarle emoción al hecho de percibir tu sensual voz.


Lo que me recuerda esta noticia que leí el otro día en el DEIA...


NO hace falta jeringuilla, ni botellín de agua para tragarlas, ni siquiera un mechero. Las e-drugs o drogas digitales sonoras que circulan por internet se administran con un par de auriculares y aún se desconocen sus efectos, aunque quienes las han consumido relatan sin tapujos su experiencia en la Red. "Sentí llamas en mis brazos, que bajaban poco a poco hasta los dedos de los pies. Tenía la impresión de que mi brazo pesaba una tonelada y uno de mis dedos estaba encorvado. Entonces empecé a sentirme muy raro. Fue genial", cuenta en un chat Sugar Killer, quien dice que ha visto a una tortuga, un elefante verde y hasta un Papá Noel derrapando a los pies de su cama.

http://www.deia.com/2010/08/11/ocio-y-cultura/que-mundo/un-chute-de-decibelios

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