miércoles, 18 de agosto de 2010

Me suena el run-run

Si es duro despedirse de alguien una vez, imaginate hacerlo dos veces. Y si ese alguien eres tú, la cosa se complica. Sin saber si ya por fin es la definitiva o no, si nos volveremos a escuchar, o a ver, o a leer.

No entiendo nada, ni pretendo entenderte, cada vez se menos por donde me da el aire contigo. No se si vienes o si vas, si quieres que vaya o que me quede.

Ahora me llamas y no quieres verme, ahora no quieres llamarme, pero quieres verme. Te molesta que no opine como tú, te picas si no accedo a tus planes, pero tu no sueles contar con los mios.

Siempre has tenido la sartén por el mango, pero esta vez, hemos dado la vuelta a la tortilla, te he dejado salir, y me cuesta pensar que quieres entrar. Aunque pensandolo bien, no se si quiera si quieres entrar. Ahora, soy yo quien decide, soy yo quien toma decisiones, soy yo quien aprueba o desaprueba... y no estás acostumbrado a que te diga que no.

Simplemente, te deseo lo mejor, y lo sabes. Tu huequito sigue aquí, pero dejame con buen sabor de boca.



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